legalidades y estilo de vida
Inmuebles en San MateoVides ante una tierra roja
Este encantador pueblo en miniatura ubicado al noroeste de la isla ha mantenido desde siempre una estrecha relación con la vinicultura. Las vides florecen espléndidas en las fértiles tierras rojas que rodean la localidad. A día de hoy, en las proximidades de San Mateo se han establecido algunas bodegas que ofrecen algún que otro buen vino. En diciembre se celebra la fiesta del vino, a la que acuden cientos de personas con el objetivo de probar los diferentes vinos y embutidos típicos de la isla y de bailar y disfrutar al ritmo de la música en directo.
San Mateo, un lugar para el placer y la relajación
El pueblo en sí está formado por una iglesia rural encalada construida en el siglo XVIII para los creyentes, los obligados bares y unas pocas casas. Entre los lugareños y los residentes extranjeros goza de especial popularidad el restaurante Can Cires, donde se puede degustar un buen vino acompañado de un sabroso flambée, una ensalada crujiente y otros deliciosos platos internacionales. A tan solo unos kilómetros del centro de la localidad se encuentra la espectacular Cala Aubarca, una zona natural protegida con impresionantes acantilados escarpados de aspecto arcaico, salvaje y arisco. Esta zona también ha logrado salvarse de un desarrollo urbanístico excesivo. Si no le importa tener que descender por un terreno accidentado —y en verano exponerse a un calor intenso durante el ascenso—, disfrutará de un delicioso baño en soledad en esta romántica cala rocosa. Las vistas del mar y del amplio horizonte son únicas.